Ubicado en Seminario casi esquina Rancagua esta pequeña picada sorprende por sus increíbles sabores. No por casualidad por las noches se encuentra lleno y hace unas semanas sumaron unas mesitas en la escasa vereda.
Los cebiches son extraordinarios... el suspiro limeño.... ñomi! La dueña es muy amable, a pesar de que las veces que lo hemos visitados el servicio de los garzones es un poco lento e inexperto...
Una gran pérdida son las empanadas para llevar... que ya no ofrecen... ají de gallina, champiñón queso, camarón queso.... espectaculares e inolvidables.
Agradecimientos a Lane Phillips por la fotografía
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